Volvió
El Mendigo volvió a encontrarla, en el mismo misero lugar donde comenzó todo. Quien lo diría los ''eternos amantes'' nuevamente juntos, inespera situación, creadora de inoportunos y candentes momentos donde el peligro de no ser descubiertos era el punto focal de la noche, los besos se convirtieron en simples clichés creadores de explosivas sensaciones, nadie imagino lo que vendría después, nadie imagino que el Mendigo de amor volvería a estar entre las sabanas de aquella chiquilla. En una noche casi eterna donde la música marcaba el ritmo de sus pelvis, jamas se habían escuchado tales suspiros entre aquellas paredes. Aun así luego de tanto amor y placer, aquella noche el mismo Mendigo sentencio su destino fue el destructor de su propia vida, el creador supremo de su agónica esperanza. La Ninfula aquella tordida noche volvió a renacer en sus antiguas andanzas de lujuria y peligro donde la picardía de sus besos eran el elixir que mantenía viva la fría noche en algún l