Mi primera vez
Casa de Aniel, 5 de enero. Hablemos de mi primera vez, si de la primera vez en que permití que mi cuerpo se convirtiese en rió. Fue el día de su cumpleaños, juro que no lo habíamos planeado, tan solo iría ha llevar un regalo que consistía en una caja llena de chucherías, una carta y un collar que al fin y al cabo termino perdiendo ese mismo día, claro fue a la lista de objetos perdidos de la habitación de Aniel conjuntamente con mi virginidad y un par de cosas que termine perdiendo con el paso de los años. Total, al llegar me atiborro de dulces con una hermosa sinfonía de fondo complementado con pequeños besos que sin duda erizaban mi piel haciéndome flotar por todo el lugar, jugando con mis sentidos como si fueran parte de una sonata que estaba apunto de comenzar. En un abrir y cerrar de ojos me encontraba desnuda, vulnerable pero sumamente tranquila mientras me tomaba de las manos, he intentaba tranquilizarme con un pequeño beso en la frente de esos con los que intentas tapar