Las Memorias de la Nínfula

La ciudad del Placer. Entre  canas me he perdido los últimos años de mi vida, es irresistible el morbo que provocan ciertas personas con tantas canas como experiencia. Creo que por un instante enloquecí pensando en el, toda mi vida me han perseguido maduros pero sin duda ninguno como el, a diferencia de muchos de su edad que a los cuarenta deciden seducir con una rara figura paternal  freudiana y con mas seriedad que morbo, el a  decidido vivir eternamente en los veintitrés,  probando a suerte la vida como si de una ruleta rusa se tratara, eso es lo que tiene de especial,  ha vivido lo suficiente como para no  amargarse con lo que nos quita el sueño a los de veinte. Incluso es satisfactoria la habilidad que tiene para poder estar un paso a delante de todos mis movimientos, es impredecible, y sin duda me atrevería a decir  que me a detallado mas lo que  podría imaginar. La realidad es que a las de veinte no nos gusta cualquiera de cuarenta, nos gustan los maduros que decide