Lucha de egos

Al morir el Coronel, el fue el único bastardo que jamas le dio el pésame, aunque acudió al entierro, tal vez solo para percatarse de que la noticia de el trágico fallecimiento del Coronel Gonzales había sido cierta, esa misma tarde envió un ramo de rosas, una rosa por cada año que estuvo esperando y una nota que decía:
''Es de aceptar que tu veneno me cautivo desde el primer momento en que te vi ante el podium, desde ese instante supe que serias mía, por que aunque estuvieras casada tantos años con aquel pobre iluso en el fondo siempre fuiste mía, tenia la certeza de que te enamoraste de mis encantos. Así que me complace invitarla a la primera cena con motivo de su libertad o como celebración de que seré su nuevo marido, esperara por usted un auto a las 12 en punto de la noche, sea puntual.
Firmado: Andre de la Serra''
Ella como no acudió, eran dos seres cortados por la misma tijera, dos almas con el mismo desequilibrio emocional.

Es tan cierto eso de que el universo los crea y ellos se encuentran, sus peleas eran las típicas de una relación afectiva disfuncional y clandestina, aunque divertida por que luego de subirse al podium y pelear por los amantes encontrados de un futuro presidente o de las escapas a parís de la futura primera dama, se convertían en dos animales en celos, el ambiente se tornaba mas afrodisíaco y explosivo al pelear con besos y rasguños. Obviamente eran demasiado egocéntricos como para seder ante el otro, pero eran la perfecta combinación de codicia y placer que complementaba al otro.
Todos imaginaron que tarde o temprano estarían juntos, solo era cuestión de tiempo ella habia nacido para ser su primera dama y el presidente. Quien lo diría el forzado destino los encontraría.