Juegos de seducción

Seductores juegos tras una simple mirada, eran esos roses continuos de manos los que conquistaban sus desborradoras mañanas repletas de maldad, el era un simple chiquillo uno de esos hombres que siguen siendo niños, un ángel desterrado a la vida en el infierno, un ser de luz cautivado por las garras demoníacas de la Ninfula, el ambiente se tornaba menos sexoso y mas puritano de costumbre pero la esencia de poderío y placer prevalecía en ese pequeño lugar del mundo.
 Ella tan sensual que de costumbre desbordaba el caudal de cualquier rió, muchos pensaron por su leve desaparición que ya no era la misma capaz de eclosionar los sentidos de cualquier mortal, pero como de costumbre jugueteaba con su pelo, envenenaba con su afrodisíaco aroma a aquel dócil  chiquillo, tal vez esa desgraciada estaba destinada a ser el mismo retrato del diablo, con la leve diferencia que tenia unos característicos  labios color carmín.
Se podría decir que aquel hombre al final de la barra con aroma a tabaco fino era un ser destinado a ser un monstruo mas de la perturbada vida de la Ninfula, aun así el universo no sabia si parar o chocar cada vez que sus miradas se cruzaban e intercambiaban una picara sonrisa, la luz era mas brillante al final del túnel cuando rosaban piel con piel, así mismo sus suspiros se convertían en leves cantos angelicales y ella aspiraba su esencia, absorbía hasta la ultima gota de su corrompida alma.
Aunque para su desgracia al final de cada dia la Ninfula sabia que el era solo un demonio mas de su frágil memoria...