Carta de amor

París, 18 de Agosto
Querido Sr mio, aquí me encuentro de nuevo escribiéndole desde mi exilio no como un simple títere en mi deslumbrante camino por el desierto, si no como un compañero fugaz en esta travesía llena de obstáculos , por que usted siempre ha sido la fuerza en los mejores y peores momentos de este ruta por el desierto hacia el paraíso. Sabe que me aterra la soledad, que temo mas que nada en el mundo que mis demonios me encuentren y que no tenga como levantarme si decaigo, por ello hoy me encuentro aquí ante este sol resplandeciente para recordarle que lo que quiero y aunque este a miles de millas de distancia es lo que me mantiene cuerda para poder llegar a mi destino.

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